He estado pensando en cómo debería empezar a escribir esta entrada de blog. y creo que lo mejor que puedo hacer es dedicar las primeras líneas a dar las gracias, porque ha sido una experiencia magnífica en todos los sentidos. Especialmente, quiero agradecer a la gente tan buena y divertida que hemos conocido, y también a la organización, que se ha volcado para lograr que estos 4 días de moto sean memorables.
Día 1: Espectáculo mecánico en Basella
Para entender esta crónica, es necesario remontarse a unas semanas antes de la Moto Madness 2023. Con las motos preparadas desde hacía semanas, unos días antes de la celebración de la Moto Madness 2023 salimos a probar la instrumentación y practicar con el Roadbook por la zona del Bages (Catalunya), donde residimos.
La mala fortuna quiso que la Yahama WR450 de Dani tuviera una pequeña caída, casi en parado. Tras eso, la moto dejó de arrancar. Dani llevó la moto al taller pensando en que posiblemente se trataría de un problema de carburación. Es típico (en las motos algo viejas y con poco mantenimiento) que, tras una caída, la porquería del carburador se remueva y acabe obturando uno de los pasos de gasolina.
Tras una semana en el taller y a pocas horas de salir hacia Basella, la moto seguía desmontada en el taller y con pronóstico reservado. La suerte quiso que Dani se hiciera con una KTM 390 Adventure unas semanas antes, una moto anteriormente propiedad de su padre, y que estaba preparada para offroad: neumáticos TKC-70 y llantas de radios.
Así, aunque inicialmente teníamos previsto ir a la Moto Madness con una Yamaha WR450 y una Husqvarna FE450, finalmente la WR se quedó en el taller, y mi compañero de ruta participó con la KTM 390, una moto que contra todo pronóstico se comportó excelentemente y demostró una enorme capacidad offroad.
Llegamos a las instalaciones de Basella Experiences el jueves, algo tarde. El lugar es un camping libre al lado del pantano y muy cerca de los circuitos de cross/enduro. Se trata de un espacio amplio y más que suficiente para las aproximadamente 150 motos que participaban en el evento. Tras descargar las motos, Dani empezó con el montaje del sistema de navegación, una operación que se alargó hasta la 1 de la madrugada y que vivimos con nerviosismo, solucionando constantes problemas técnicos.
La instalación del sistema de navegación en la KTM fue un espectáculo en todos los sentidos. Dani mecanizó algunas piezas de acero in-situ, bajo la atenta mirada y expectación de los vecinos de camping. Una vez finalizado el montaje, y con la seguridad de que el sistema estaba preparado, nos metimos en los sacos expectantes por salir en moto a la mañana siguiente.
Día 2: 190 kilómetros de infierno de polvo
A las 6 de la mañana del viernes la gente se empezó a mover por el camping. Incluso había quien ya calentaba el motor, generando un cierto grado de molestia a quienes todavía queríamos dormir un poco más. Los perdonamos porque todos «nos hacíamos la moto encima». La gente tenía ganas. El desayuno abría a las 8am pero se adelantó un poco ante la impaciencia de quienes querían salir rápido y temprano.
Tras desayunar y montar el roadbook, nos pusimos en marcha, sobre las 09:30h. Salimos (casi) los últimos, pero esto es algo que no tiene relevancia, ya que el evento no es competitivo y, además, la gente va parando donde quiere, por lo que estabamos (casi) seguros de que tarde o temprano ibamos a encontrar/atrapar a alguien.
Ya en los primeros kilómetros de ruta advertimos algo: el roadbook está perfecto. Las indicaciones y los kilometrajes coincidían a la perfección, siendo casi innecesario recalar en las viñetas. Agradezco desde aquí el enorme trabajo de dibujo y revisión que ha realizado Basella Experiences, responsables de la ruta.
Nosotros hicimos la versión hard. La Moto Madness siempre ofrece dos versiones del track para cada jornada. Una fácil, y una difícil. Ambas rutas tienen los mismos kilómetros, pero la versión Hard toma algunos desvíos que te llevan por senderos o caminos algo más técnicos y complejos. Cabe destacar que casi todo el mundo (con quien hablamos) optó por la versión Hard. Lo que no era tan común, era ver gente con Roadbook. La mayoría de los participantes optó por usar el GPS.
Al poco rato de empezar la ruta llegamos al primer atasco. Tras entrar en un sendero la ruta subía por una pequeña trialera de apenas dos o tres metros, muy polvorienta, y donde una piedra enorme hacía encallar a muchos pilotos. Ambos pasamos por ahí sin problemas, tras estar parados un ratito ayudando a otros pilotos.
A partir de este punto la ruta fue fácil (técnicamente hablando). Caminos anchos y pistas rápidas. Al final de la ruta había un nuevo desvío para los más «endureros», un sendero que reseguía el cauce de una pequeña riera y donde había un par de escalones de piedra.
En términos generales, el primer día de ruta discurría por la zona sur de Basella, que son tierras llanas y de secano. La falta de lluvias y el paso de las motos convirtió los caminos en un auténtico infierno de polvo, algo que se agravaba todavía más cuando varios grupos coincidían en un tramo. Nunca en mi vida he visto tanto polvo y he tragado tanta tierra. Por momentos era insoportable e incluso peligroso por la falta de visibilidad. En bastantes ocasiones paramos para dar ventaja al grupo de delante, y evitar así tragar la polvareda.
En mi opinión, teniendo en cuenta las condiciones climáticas, se debería haber prescindido de esta ruta y optado por un recorrido más orientado a la zona norte, mucho más húmeda. Debo destacar también los largos tramos sobre grava, que tras muchos kilómetros (y algo cansados), eran un desafío para nuestra paciencia. Pese a esto, lo disfrutamos mucho.
Personalmente acabé con el cerebro fundido. El cansancio y la exigente atención que requiere la navegación por roadbook me llevaron, en ciertos momentos, a desconectar totalmente y ceder a Dani toda la responsabilidad de guiar la ruta, actuando yo como «mochilero» y validando sus decisiones de navegación. Fuimos conectados por intercomunicador, lo que permitía validar continuamente los tramos.
Lo más divertido de todo fue, sin duda alguna, el momento de la ducha, que para nuestra sorpresa eran de agua fría. Aunque es cierto que estamos en un mes de mayo muy caluroso, no pude evitar proferir algunos gritos.
Día 3: «Pepinazo» de ruta por el pre-pirineo
El segundo día de ruta arrancó con el cansancio del día anterior, algo perezosos y más tarde lo que nos hubiera gustado. Nos tomamos el inicio con calma. Una vez más, tras montar el roadbook en la caja, nos pusimos en marcha.
La tónica de este segundo día fue totalmente distinta. La ruta nos llevó de Basella hasta Tuixent, pasando por la estación de esquí de Port del Compte. Esta zona es mucho más húmeda y el terreno no está tan suelto. Las vistas son totalmente increíbles y el roadbook, una vez más, esta perfectamente diseñado.
El recorrido del segundo día también incluyó un par de secciones desafiantes. La más fuerte fue una subida pedregosa de algo más de 500 metros. Al llegar a las inmediaciones empezamos a detectar a bastantes pilotos en dirección contraria, que desistían de completar este tramo. Subir la cuesta (y las que vendrían después) con la Husqvarna «fue pan comido». Dani, que tiene alma de endurero y mucha pericia pilotando, subió con la KTM 390 flotando sobre las rocas.
Pese a subir ligeros, estos 500 metros de pista nos costaron una hora. Primero, esperando a que la pista quedara despejada de pilotos. Luego, ayudando a muchos otros pilotos a levantar sus motos.
La ruta del segundo día cerraba en las inmediaciones de Basella Experiences, concretamente en el pantano, donde nos habían preparado un pequeño recorrido endurero con varios vadeos y zonas rotas, muy divertido.
El recorrido total del segundo día fue de unos 190km, de los cuales había partes de carretera de alta montaña. La combinación final debió ser de un 80% offroad y un 20% carretera, aproximadamente. Hay que lamentar un par de accidentes, uno de ellos grave, que al parecer acabó con dos motos siniestradas en una colisión frontal (lo sabemos por información dada por otros pilotos).
Aunque no fuimos lentos, lo cierto es que llegamos algo tarde al campamento. Al llegar a Basella muchos ya habían recogido los bártulos y emprendido el camino de regreso. Nosotros, en cambio, nos quedamos una noche más.
Día 4: Despedida
El último día en Basella nos permitió desayunar con tranquilidad, ducharnos, recoger todo el equipo y marcharnos. No sin antes despedirnos de los compañeros de ruta (de todos, menos de Mariano, a quien lo logramos encontrar).
Una muy buena experiencia
Sin lugar a dudas participar en la Moto Madness del 2023 ha sido toda una experiencia, y nos ha servido para conocer gente y hacer nuevos amigos. Llegamos sin conocer a nadie, y nos vamos con un puñado de contactos y nuevos compañeros de ruta. La organización ha sido brillante, totalmente atentos a nuestras necesidades. El espacio ha sido perfecto (a excepción de las duchas frías), y las rutas impresionantes.
Mariano, no sé donde estás, pero que sepas que queríamos despedirnos de ti… Tenemos planes para nuevos eventos. Si lees esto, ¡manifiestate!
Sin lugar a dudas, es algo que recomiendo. Aunque la inscripción es algo cara, creo que vale cada céntimo pagado. No he hablado de la comida… Que sencillamente fue espectacular. Felicité a los responsables del catering, y lo vuelvo a hacer aquí: platos tradicionales perfectamente cocinados.